lunes, 14 de noviembre de 2011

la nueva luz (primer borrador septima entrada)


Después de ese largo sueño que tuve fui a investigar que más había sobre mi padre.
La historia no era tan mala, pues mientras caminaba por las grandes avenidas de Valladolid, me encontré con un viejo amigo de la infancia. Era Carlos Armando N, “El botas”.
Hace mucho tiempo que no veía a Carlos N ya que que conforme fueron pasando los años me olvide de el y miren hasta donde lo fui a encontrar. Bueno el caso es que cuando me dirigía a buscar a mi padre me encontré con este tipo, pero valla susto que me dio. Pues al ir caminando una camioneta Ford lobo me cerró el camino, yo hice caso omiso sobre las intenciones de quien manejaba. Pero al bajarse de la camioneta me di cuente que era mi amigo el botas. Estuvimos platicando un buen rato y me invito a cenar a un restaurante muy famoso de la ciudad. Platicamos más de dos horas y le dije todo lo que había pasado con mi familia. El con una sonrisa de oreja a oreja me dijo: no te preocupes, yo se quien tiene a tu papá pero para poder rescatarlo tienes que unirte a nuestro cartel. Fue a dejarme a una casa de seguridad ya que me podía quedar ahí sin ningún problema y ahí estaría seguro.
La propuesta del botas era muy interesante, podía recatar a mi padre sin ningún problema. Solo que al cártel que me tenia que unir era nada mas y nada menos que el cartel de Sinaloa, el mejor cartel de México.
Al otro día me quede de ver con el en el mismo restaurante, pues tenía que darle una respuesta. Yo estaba decidido me uniría al cartel y salvaría a mi padre. El botas al escuchar mi respuesta me llevo con su jefe. Al lugar que llegamos era una residencia de una hectárea aproximadamente, muy bien vigilada con unos 100 sicarios alrededor de toda la casa.
Al entrar me presento con su jefe la verdad no podía creer a quien le estaba dando la mano pues sé trataba de Joaquín Loera “el chapo Guzmán”
El botas había llegado muy lejos en su historial, era uno de los mejores sicarios del capo Loera. Después salimos de la casa, y me llevo a su departamento ahí me dio un cuerno de chivo, cargadores y granadas de fragmentación nos dirigíamos a mi primer misión, pues íbamos por la cabeza del jefe de la familia michoacana.

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