lunes, 31 de octubre de 2011

LA FELCIDAD.(final)

Por fin estoy  instalado en donde ahora viviré. Es uno de los días más felices de mi vida pues parece que, por lo que tanto luche, toda esta semana por fin esta dando frutos.
Hoy voy a conseguir trabajo; me dicen algunos familiares que están en el mismo departamento que yo, que aquí En Estados Unidos no es muy difícil conseguir trabajo, pues aquí los gringos ocupan mucho la mano de obra chicana.
Salí del departamento, y me dirigí a la Metrópoli de Los Ángeles California. Es muy bonita pues esta todo muy bien ordenado; las calles limpias, el transporte seguro, además de que la gente es muy amable, no me arrepiento de estar aquí.
Entre a una panificadora a pedir trabajo, me pidieron mis datos y en un dos por tres me dieron el trabajo. No es como en México que tenemos  que estar rogándole a los patrones para nos den trabajo.
Al salir de la panificadora regrese a casa. Dicen que tenemos que estar cuidándonos, de la migra pero la verdad yo no veo nada raro, solo policías que cuidan la seguridad de los ciudadanos pero ellos no pueden hacernos nada a nosotros los inmigrantes.
Al llegar a casa. Mis amigos me preguntaron que como me había ido y bromeando dijeron “no te perdiste paisano, ten cuidado eee porque no estas en México. Aquí das una vuelta mal y ya no regresas a casa”. Riéndonos les comencé a platicar en el trabajo que iba a estar y cual iba  a ser mi labor.
Yo tenía que hacer pan para  un restaurante chino. No iba a ser tan difícil porque en México también trabaje de panadero; así que este trabajo no se me iba a complicar tanto.
Después les platique todo lo que pase para poder llegar a Estados Unidos. Todos platicamos nuestras historias; de como habíamos llegado aquí a Estados Unidos, todas las historias eran casi idénticas, pues todos coincidíamos que el desierto era el mismo infierno.
En la mayoría de los casos de mis compañeros. También habían llegado solo la mitad de los grupos que salieron de la de la frontera de México. Y eso no era lo peor pues los que venían de Centro América; tardaban casi un mes en llegar solo a la frontera de México, y muchos de sus compañeros quedaban muertos en la selva chiapaneca, y otros morían al ser aplastados por el tren y partidos a la mitad.
Después de que todos platicáramos  nuestra anécdota. Fuimos a cenar comida chatarra; pues ahí es lo único que podemos comer. Después de haber cenado regresamos al departamento, para descansar, pues mañana comenzaría un día laboral para todos.

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